Andrés de León

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Martín de León y Cárdenas nació en Archidona, Málaga, en 1584. Fue hijo de Alonso Ortiz de León y Juana de Morales y tuvo tres hermanos: Inés, Francisco y Pedro [Vallejo Penedo, 2001: 36]. En 1600, a la edad de 16 años, ingresó al noviciado agustino en Sevilla, donde pronunció sus votos un año más tarde. Sabemos por Rafael Lazcano que De León estudió artes y teología en el Colegio de San Acacio de Sevilla y que luego estuvo en la Universidad de Salamanca [Lazcano, 2014: 2588]. Entre 1610 – 1611 se ordenó sacerdote y, poco tiempo después, partió a las Indias, donde fue recibido en el monasterio agustino de Lima. Aunque no se conoce hasta ahora la fecha exacta de su partida para el virreinato peruano, sabemos que presenció las honras que se hicieron en Lima a la reina Margarita en 1612. Para ese entonces había sido nombrado virrey del Perú (desde 1607) Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros, el cual sabemos que entabló una profunda amistad con fray Martín de León, al punto de nombrarlo uno de sus albaceas ante la inminencia de su muerte en 1628 [Miró Quesada, 1962: 249].

El marqués de Montesclaros mantuvo su cargo hasta 1615, año en que fue designado como virrey del Perú Francisco de Borja y Aragón, mejor conocido como el príncipe de Esquilache, y tenemos noticia de su regreso a España a mediados de 1616. Vallejo Penedo sospecha que probablemente fray Martín de León haya partido con él (o poco después), puesto que tenemos registros de que entre 1617 y 1620 se encontró viviendo en un monasterio agustino en Sevilla [Penedo, 2001:41-42]. En 1620 se trasladó a Ávila, donde obtuvo el bachillerato en la universidad de Santo Tomás y el título de maestro en teología. Martín de León tenía entonces 37 años y se encontraba a los inicios de una prometedora carrera eclesiástica. Fue elegido obispo de Trivento en 1630 y, un año más tarde, fue recomendado para obispo de Pozzuoli por Felipe IV y designado como tal por Urbano VIII, cargo que ocupó activamente durante 19 años. En 1650, el rey Felipe IV lo propuso para el arzobispado de Palermo, propuesta que fue aceptada por Inocencio X. Un año después, desde mediados de 1651, fue investido presidente y capitán general del virreinato de Sicilia [Lazcano, 2014: 2590].

Martín de León y Cárdenas falleció en Palermo en noviembre de 1655, luego de una larga vida dedicada tanto a la Iglesia como a la defensa de los intereses de la corona en la Italia española. Fue tanto un hombre religioso como un verdadero político y ambos aspectos de su vida se encuentran actualmente muy bien documentadas. Sin embargo, poco se sabe el día de hoy sobre su faceta de poeta y escritor. Su Relación de las exequias, y la Historia del Huérfano son las únicas obras literarias que se le conocen.