Trilogías. Tomo I

Tierra vasca
La casa de Aizgorri
El mayorazgo de Labraz
Zalacaín el aventurero
La leyenda de Jaun de Alzate
La vida fantástica
Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox
Camino de perfección
Paradox, rey

El presente tomo inaugura la edición de las trilogías y tetralogías, que contienen las novelas más reveladoras de Pío Baroja, publicadas entre 1900 y 1937. “La casa de Aizgorri” (1900) abre esta tetralogía titulada Tierra vasca, y es una primera muestra de su habilidad para convertir el diálogo en instrumento novelesco. La famosa novela “Zalacaín el aventurero” (1909), considerada entre las mejores de su producción, se incluye en este tomo por su ambientación en la tierra natal del autor, único aspecto que señala la afinidad entre estas cuatro novelas. La cuarta, “La leyenda de Jaun de Alzate” (1922), es un acercamiento legendario a la mitología vasca que seguía viva en la imaginación popular. A continuación, una trilogía, La vida fantástica, que incluye dos novelas de la serie de Paradox y “Camino de perfección”, que apareció como novela suelta en 1902 y narra el viaje que emprende el abúlico personaje de Fernando Osorio para huir de sí mismo. “Paradox, rey”, novela satírica, dialogada, repleta de elementos fantásticos y filosóficos, ofrece una crítica irónica de la civilización europea y los valores e instituciones que la sustentan. 

La lectura voraz de folletines y novelas de viajes va forjando su joven imaginación y al mismo tiempo alivia el desarraigo y la melancolía provocados por los continuos cambios de residencia familiar. Baroja ha sido encuadrado en el nada homogéneo movimiento noventayochista, pero más bien encaja con el afán general de renovación que dominó las letras españolas a finales del siglo XIX. Posee una extraordinaria capacidad para observar su entorno y hacer literatura de cuanto sucede. La realidad es tamizada por su experiencia vital y le sirve de motor con el que arranca la ficción. El afán por viajar le permite observar los tipos que va encontrando y que traslada a sus páginas, así que el esquema del viaje aparece en muchas de sus obras como impulso aventurero que mueve a sus personajes. Ese constante trasiego de personajes que van y vienen de un ambiente a otro da agilidad a su escritura, y así consigue que sus novelas produzcan la impresión de la vida misma.