Tomo I

Tinieblas en las cumbres
A.M.D.G.
La pata de la raposa
Troteras y danzaderas

Las novelas de la primera época de Ramón Pérez de Ayala se pueden articular en dos grandes bloques: su “tetralogía autobiográfica” (1907–1913), que recoge este primer volumen y sus cinco últimas novelas, llamadas “simbólicas o normativas”, que incluimos en el siguiente. El personaje protagonista, supuesto trasunto del propio Pérez de Ayala, aglutina estas cuatro obras en la figura de un artista e intelectual, que se encuentra en permanente conflicto con el entorno y consigo mismo. En general, sus personajes muestran un tono pesimista ante la vida y una continua necesidad de escapar, en constante disputa con el deseo de permanecer, de inmortalidad. Amdg, su obra más polémica, cumple una función explicativa de las otras tres, porque nos acerca a los orígenes del pesimismo autodestructivo de Guzmán, localizados en la educación castradora que recibió de los jesuitas, igual que el propio Ayala, en quien se gestó un profundo anticlericalismo. Las novelas del escritor asturiano presentan en general un marcado carácter discursivo, que rompe la acción con digresiones y comentarios culturalistas de carácter ensayístico, pero que Ayala combina hábilmente con juegos de humor y situaciones divertidas para el entretenimiento del lector.

Nació en Oviedo y perdió a su madre de niño. Esta carencia afectiva, que le afectará toda su vida, se verá intensificada por permanecer interno en colegios de los jesuitas, donde recibió una profunda formación humanística. En su ciudad natal estudió Derecho y entró en contacto con pensadores krausistas y seguidores de la Institución Libre de Enseñanza, como el propio Clarín, al que consideró su maestro. En 1927 fue premio nacional de literatura y al año siguiente ingresó en la Real Academia Española. Mantuvo contactos con Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y se le adscribe a la generación de los novecentistas, con quienes fundó la Agrupación al servicio de la República. Al estallar la Guerra Civil emigró a Buenos Aires hasta 1954, que regresó a España definitivamente. Su amplísima y riquísima obra ensayística demuestra que fue uno de los hombres más cultos e inteligentes de su época y los originales argumentos de sus novelas le convierten en uno de los mejores escritores del siglo XX español. A lo largo de su obra recorre las tendencias estéticas más señaladas desde principios de siglo hasta los años veinte: modernismo, novela lírica, novela intelectual y hasta ciertas aproximaciones a la vanguardia.